EL GALLO: SÍMBOLO DE FRANCIA Y PORTUGAL
ORIGEN DEL GALLO FRANCÉS
El gallo francés es a menudo considerado uno de los más importantes símbolos de Francia. Esto se remonta a la época romana, en la que en latín surgió un juego de palabras donde gallus significaba gallo y galo (de Galia) al mismo tiempo.
Los enemigos de los franceses bromeaban sobre los gallos galos, apreciando la similitud de su carácter orgulloso. Sin embargo, los galos comenzaron a tomarlo como símbolo de la nación, cediéndole al gallo el significado de fe y luz; y a su canto, el triunfo sobre la oscuridad y el mal.
Así, a partir del Renacimiento, el símbolo del gallo fue cobrando importancia, y comenzó a grabarse en las monedas y sellos reales.
Sin embargo, no es hasta la revolución y la monarquía de Julio cuando el gallo comienza a ganar la peculiar popularidad en el pueblo francés. Pudiendo observar muchas representaciones del animal de corral en símbolos de la época.
A la llegada de Napoleón Bonaparte, por el contrario, el emblema francés se sustituye por el águila imperial puesto que el gallo según este, no tenía fuerza en absoluto para ser la imagen de un Imperio.
Después de un período de eclipse, la Revolución de 1830 rehabilitará la imagen del gallo francés, y el duque de Orleans firmará una orden indicando que el gallo deberá figurar en todas las banderas y uniformes de la Guardia Nacional francesa.
ORIGEN DEL GALLO PORTUGUÉS
A diferencia del
origen histórico del legado francés, la imagen del gallo en Portugal viene dada
de una leyenda: La Leyenda del Gallo de Barcelos.
La leyenda cuenta la historia de un peregrino gallego que salía de Barcelos camino de Santiago de Compostela, y que fue acusado de haber robado la plata a un terrateniente, por lo que fue condenado a la horca. como última voluntad, pidió ser llevado por última vez ante el juez, que estaba en ese momento comiendo un gallo asado. El peregrino le dijo que, como prueba de su inocencia, el gallo se levantaría y cantaría. El juez ignoró las palabras del hombre, incrédulo. Lo que no se imaginaría el juez, es que en el preciso momento en que el preso estaba siendo ahorcado, el gallo se levantó y cantó. Dándose cuenta de su error, el juez fue hacia la horca, descubriendo que el gallego se había salvado por un nudo mal hecho en la soga.
El peregrino, en vista del milagro juró volver una vez cumplido su peregrinaje. Y fue en el momento de su regreso cuando grabó en una cruz de piedra su historia para que fuera recordada (cruz aún vigente en Barcelos del siglo XIV), y este es el motivo por el que el gallo es símbolo de Portugal.
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